Muchas cosas se le han criticado a Eruviel Ávila de Villegas en el breve tiempo que lleva de campaña - tan solo 48 horas. Una de las frases favoritas de sus detractores es: "Eruviel no quiere debatir".
En varias ocasiones él, y sobre todo el presidente del partido en Edomex, Luis Videgaray, han aclarado que eso es una mentira, una vil treta del PAN y el PRD para demeritar a Eruviel.
Hoy a medio día, el calor se sentía fuerte en el Valle de Toluca; en el Centro Ceremonial Otomí de Temoaya, los ritos y ceremoniales fueron diferentes. En vez de copal y cánticos, se veía la plaza llena de paraguas rojos; debajo de cada uno, un hombre, una mujer, que gritaban fuerte: "¡Eruviel, Eruviel, ra ra ra!".
Después del tradicional discurso, la tradicional conferencia de prensa. No tomó más de diez minutos, pero no necesitaba más, pues lo que Eruviel tenía que decir era puntual y específico: "Invito al Partido Acción Nacional a que no impugne la candidatura de Alejandro Encinas. Al, le tiendo la mano; vamos a debatir".
Ahí está, clarísimo. La fortaleza más grande que tiene Eruviel Ávila Villegas es que no tiene miedo, sino todo lo contrario, tiene mucha confianza, producto no solo de las encuestas que lo colocan como el favorito indiscutible; confía en su capacidad de mover a la gente, de hacerles creer que, de verdad, él es la mejor opción, de hacerlos creer en él, confiar en él.
Y en eso, no hay quien le gane a Eruviel.
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